Escuché que abrió la regadera y decidí que lo acompañaría. No prendimos ninguna luz. Había velas por todas partes y alumbraban el baño lo suficiente. De alguna forma, me sentía más a salvo en la oscuridad. Una parte de mí no podía creer lo descarados que éramos. Mariana ha estado cautiva durante nueve años y el cártel II Sangue, que la considera de su propiedad, no dejará que escape tan fácilmente, además, el mayor problema es que ella ya ni siquiera huye, el amor se lo impide. Su único rayo de luz es Dornan Ross, pero pronto descubrirá que él se convertirá en su perdición. u00bfMariana elegirá el abismo hasta destruirse o el amor de madre será capaz de detonar su escape?