No deploro ni un solo instante de los que he dedicado al placer. Lo hice plenamente, como deberíamos hacer todo lo que hacemos. No hubo placer que yo no experimentase; eché la perla de mi alma en una copa de vino; descendí por el sendero florido de margaritas al son de las flautas; viví de panales de miel. Pero continuar la misma vida hubiera sido un error, pero habría sido una limitación. Debía ir adelante; la otra mitad del jardín tenía también sus secretos para mí Los cinco relatos reunidos en este volumen exploran esa otra mitad del jardín, la del dolor, la impiedad, el cinismo, así como la belleza, la ternura y el amor en su más pura expresión, todo matizado a través de su fino sentido del humor.