Contra los extremismos que radicalizan nuestro mundo contemporáneo, Marinoff nos propone cultivar la mente, ahondar en el corazón y servir sin interés a nuestros semejantes. Porque, si queremos ser felices, debemos dejarnos guiar por los grandes sabios de la filosofía: Aristóteles, Buda y Confucio, quienes verdaderamente nos ayudarán a conquistarla.