El vecino de Benjamín Pérez, el señor Trecho, ha muerto. Eran amigos y su ausencia le pesa y le duele al niño, quien se resiste a decir adiós.
Pero un último recorrido por su casa, para nada vacía, le mostrará a Benjamín que también se vive en los corazones de quienes nos aman. Una aventura con tintes oníricos, fantásticos, narrada magistralmente en endecasílabos.