Cuando encuentran el cadáver del famoso abogado afroamericano Howard Elias dentro de Angels Flight, un funicular del centro de Los Ángeles, no hay ni un detective en la ciudad que quiera llevar del caso. La especialidad de Elias eran las querellas en las que alegaba brutalidad policial, racismo y corrupción, de modo que todos los agentes del Departamento de Policías de Los Ángeles son posibles sospechosos de su muerte.Finalmente, le asignan el caso al detective Harry Bosch.
El asesinato de Elias tuvo lugar la víspera de un gran juicio: Elias llevaba un caso civil contra el Departamento de Policía de Los Ángeles por usar técnicas violentas en un interrogatorio que le causaron la pérdida parcial de la audición a su cliente, Michael Harris, un hombre negro. A Harris le habían absuelto de la violación y el asesinato de una niña de doce años, pero muchos, incluido Bosch, aún le consideraban culpable.