En El Zarco, Altamirano luce ya como uno de los novelistas de visión más penetrante de su época. La novela es valiosa porque logra estudios psicológicos y observaciones agudas del contexto social y político de la segunda mitad del siglo XIX mexicano. En este sentido, esta obra es notable por la atención que Altamirano dedica a esos aspectos. Los sentimientos, las sensaciones de los personajes y las condicionantes de un medio económico y cultural que los determina y gobierna, constituyen la parte fundamental de la obra. Por provenir de un autor de orígenes románticos, El Zarco sorprende por su tendencia a la novela realista: las descripciones de los paisajes, la radiografía de los estados de ánimo de los personajes y el amor de Manuela por los bandidos escapan a todo enfoque romántico, lo que marca una etapa importante en la carrera creativa de Altamirano.