Charles Dickens es sin duda el más famoso novelista victoriano, y probablemente el que más ha contribuido a crear una imagen de la época incluso en quienes no lo han leído. El escritor mantuvo una postura crítica ante las instituciones más representativas del victorianismo, desde el Parlamento al sistema educativo, desde las teorías económicas del utilitarismo al funcionamiento de la justicia, la administración, la sanidad pública y los asilos para indigentes. Dickens es, sobre todo, una de las mayores imaginaciones creadoras en lengua inglesa. Historia de dos ciudades es una de las novelas más conocidas de Dickens. La historia transcurre entre dos ciudades, Londres y París, durante la época de la Revolución Francesa. La indiferencia de Dickens por la política y su desprecio por los políticos alejan la novela de cualquier debate político o filosófico sobre la revolución. Sin embargo, al suprimir dichos debates en torno a los acontecimientos revolucionarios, Dickens otorga a las masas populares francesas un protagonismo, autonomía y actividad histórica que no tuvieron , presentando además la revolución como justo castigo a la aristocracia por los siglos de explotación y maltrato del pueblo.