Rollmops, el triceratops, solo tiene una idea: ¡pastorear sus flores todo el día! Y no tiene intención de dividir su campo. Entonces, cuando Casquedor, el paquicefalosaurio, luego Nicéforo, el anquilosaurio vienen a pastar a su tierra, ¡es la guerra! ¡Comienza una feroz batalla! Hasta el momento en que, en un choque de ramas, surge Bolex, el Trex, que no ataca flores sino...
Casco Dorado. Ni uno ni dos, Rollmops acude en ayuda de los desafortunados. Asombrado de sí mismo, Rollmops, ahora un héroe, reconoce que ser admirado y tener amigos con quienes compartir es mucho mejor que pastar solo.