Esta obra es un ensayo en forma de diálogo, donde el autor procura demostrarle a su interlocutor que las creencias de su tiempo sobre la actividad actoral eran falsas. Así, mediante estos dos personajes, hace reflexiones sobre el actor y el arte de la interpretación. Es una especie de teoría sobre las cualidades auténticas del actor.
Contiene aguadas reflexiones, redactadas con un brío verdaderamente prodigioso, centradas en definiciones, recuerdos de distintos intérpretes, la crítica de sus estilos, de la fatuidad, el engolamiento o los excesos sentimentales sobre el escenario, así como en la necesidad de un distanciamiento del texto para poder brindarlo sin fisuras.