Un joven anda tras la pista de una princesa de verdad para casarse con ella, pero por más que viaja alrededor del mundo, ninguna parece merecedora de su mano. Hasta que un buen día, una chica aparece empapada por la tormenta en el palacio del joven y explica que es una princesa verdadera.
Sus modales hacen pensar que su afirmación es cierta pero la reina decide comprobarlo por su cuenta. Para ello, pone un guisante bajo los veinte colchones de la cama de la joven. A la mañana siguiente, la chica confiesa haber pasado una mala noche, con lo que se demuestra que es una princesa de verdad, y la boda se celebra.