Esta es una historia apasionante, amena y profundamente humana, que narra la experiencia de una persona quien, sin ser profesional de la educación especial, convivió durante 18 meses con un niño autista cuyas limitaciones le impedían desarrollarse como los demás niños de su edad.
A través de su relato, el autor nos introduce en la vida de esos seres considerados como "anormales", y nos compromete a comprenderlos, porque ellos también tienen, como nosotros, un camino que recorre, aunque más arduo.
Kaï, un niño de diez años, nos muestra con su particular forma de vida, la verdadera esencia del ser humano y nos enseña a amar a las personas tal como son.