La obra de Mark Twain, en la mayor y mejor parte autobiográfica, se arraiga en los paisajes, el habla y las costumbres del suoroeste norteamericano, en las granjas, los bosques y las praderas que se extienden al oeste del Mississippi y en el largo curso del río mismo.
Los personajes y los ambientes evocados en sus libros más famosos, reflejan la vida pintoresca de los pobladores de aquellas tierras antes de la Guerra Civil, cuando todavía el río selaba la frontera de la civilización en los Estados Unidos.
El mundo literario de este autor, lo más sustancioso que hay en él, inclusive su sentido del humor, sus sátiras y su filosofía, proviene del río de la gente que vivía en sus orillas. El espíritu de la frontera, sus diversas y a veces contradictorias manifestaciones, está siempre presente en su carácter y en las obras que escribió.