«Sabía lo que quería escribir, tenía una concepción noble y profunda de la vida y supo cómo hacerlo.» José Maria Guelbenzu
«Quien se acerque por primera vez a la obra de esta autora, puede concluir que la literatura universal guarda aún muchos tesoros por descubrir.» José Miguel Nieto. Aceprensa
Myra Driscoll es una leyenda en su pueblo natal, Parthia, al sur de Illinois: renunció a una fortuna familiar y a un destino de princesa para casarse con el hombre al que amaba. Pero esta elección libre, dictada sólo por la fidelidad a sí misma, que en un primer momento la lleva a una vida artística y esplendorosa en la vorágine de Nueva York, con el tiempo muestra otra cara, un final empobrecido junto a la costa del Pacífico. A través de la mirada reducida, ja-mesiana, de una narradora externa a los hechos, que los ha presenciado de forma episódica pero que acaba comprometiéndose emocional e imaginariamente con ellos, Willa Cather construye en Mi enemigo mortal (1926) un espléndido relato acerca de la ambición y el desencanto, fundado en un escrupuloso trabajo sobre el punto de vista y la concentración narrativa, y atravesado por un sentido excepcional del pathos. La novela es una parábola rica y profunda, perfecto ejemplo del estilo de una de las narradoras más importantes de la literatura norteamericana de principios de siglo.