Rita siempre se encorvaba y revolvía cuando caminaba. Y no era porque sus zapatos le lastimaran
los pies, o porque su abrigo de invierno era demasiado pesado. No, en absoluto. ¡Lo que Rita llevaba en la espalda y
lo que pesaba tanto en ella era una montaña gigante de miedos, ansiedad y vergüenza!
Es difícil hacer cosas con tanto peso encima de ti.