Con ilustraciones de 100 obras que han provocado la hostilidad de la crítica y del público, Susie Hodge hace una defensa persuasiva y apasionada del arte moderno ante una de las denuncias más comunes que se hacen para desprestigiarlo. Así, demuestra de forma concluyente que el arte contemporáneo no es y nunca ha sido- un juego de niños.