Dardo no es trapecista ni puede hablar ni ve el futuro en una bola de cristal ni es mago ni es inventor ni astronauta ni muge en lugar de maullar, y tampoco le ha tocado la lotería como al perro ese que sale en la tele. Dardo es un gato de lo más común: pardo, atigrado, cariñoso y arisco a partes iguales, y, sobre todo, muy glotón. Teniendo esto en cuenta , era imposible que a Dardo lo hubieran secuestrado. O tal vez no. Pero ¿quién iba a querer un gato de lo más común?